El correcto armado del embalaje ayuda a proteger tu mercancía, llevándola hasta el destinatario, en óptimas condiciones tal y como si acabara de ser producido, ya que la utilización de materiales inadecuados expone al producto a un daño involuntario en las maniobras de carga y descarga.

Lo primero será tener en cuenta el tipo de mercancía del que se trata para poder elegir el embalaje que más se adapte a tus necesidades (papel, cartón, madera). Esto significa que tendremos que valorar aspectos como su peso, sus dimensiones, su fragilidad, etc, es decir, todas las particularidades que puedan derivar en la elección de un material u otro para el embalado. En este sentido, un producto frágil o muy valioso deberá embalarse con una protección adicional, al igual que ocurre con los productos de características especiales como los líquidos o cosméticos que necesitan sus propios envases y embalajes especiales para evitar derrames y favorecer la conservación de la mercancía.
Antes de comenzar con el embalaje, deberán aclararse los aspectos esenciales.

¿Es el contenido ligero o pesado?
Puesto que de ello depende la elección de la calidad de la caja.

• ¿Es sensible la superficie?
  Entonces deberá estar protegida adicionalmente con los materiales adecuados.
• ¿Es el contenido frágil?
  Entonces el interior del paquete deberá estar provisto del acolchado preciso. Y la advertencia correspondiente no puede faltar en la parte externa del mismo.
• ¿Se trata de una pieza o de varias?
  Si trata de varias piezas, será preciso separar los distintos productos para que no choquen entre sí.

En un siguiente tema conoceremos los diferentes materiales, que podemos utilizar para el embalaje, tomando en cuenta lo antes mencionado.

Déjanos tus sugerencias, para un siguiente tema.